







Para este año los precios de los arrendamientos se verán encarecidos debido a la subida del IPC. Esto puede afectar tanto a las personas que van a alquilar una vivienda como a las que tienen un contrato de alquiler en vigor.
El IPC o Índice de Precios al Consumo es un indicador con el que medimos el incremento de precios de bienes de consumo en un país. Por tanto, si este es positivo es porque los precios han subido.
Ya en noviembre el IPC se situaba en el 5,5%, y es que no se alcanzaba un nivel tan alto desde hace 29 años, según el INE (Instituto Nacional de Estadística).
Pero el detonador de este gran incremento no solo se atribuye al IPC, sino también al aumento de la fiscalidad, a la intervención de precios prevista en la ley de vivienda, a las subidas de la inflación, el coste de materiales de construcción y los costes energéticos.
Son muchos los propietarios que hasta este momento no aplicaban tales incrementos de precio, ya que con los índices en torno al 0 % o inclusos en valores negativos, la cifra era insignificante. Parece previsible que para 2022 esta tradicional medida de gracia no sea de aplicación.
A modo de ejemplo, una renta anual de 9.600 € renovable durante el mes de enero de 2022 en que la tasa de IPC se situó en el 6.1 % supuso un incremento de 585.60 € anuales. A vista del resultado todo hace pensar que los arrendadores, este año sí, actualizaran las rentas de alquiler a sus arrendatarios.
Si precisa realizar cálculos del IPC puede consultar en siguiente enlace.
Desgraciadamente, no se prevé que la escalada del índice de precios al consumo vaya a bajar a corto plazo. De hecho, se esperan tensiones en el mercado de la energía y en el precio de los materiales al menos hasta finales del primer semestre, por lo que todo apunta a que el IPC seguirá impactando en las revisiones de los contratos en los próximos meses.