







Los directivos asumen riesgos. Da igual el tamaño de su empresa: cada negocio y cada sector tienen sus retos, y cada decisión cuenta y puede tener repercusiones. Y es que, en ocasiones, se producen errorres, con independencia de lo meditado que sea un proyecto o la puesta en marcha de unas medidas. En estos casos, las coberturas de D&O son muy útiles como protección legal para los directivos, contribuyendo a salvaguardar su patrimonio personal ante las demandas de terceros.
Pero, ¿en qué consiste un seguro de D&O?
El de D&O (Directors and Officers) es un seguro de responsabilidad civil. Su función es proteger a los miembros del órgano de administración de una sociedad, así como a aquellas personas de la empresa que ocupan cargos de dirección. Es decir, a todos aquellos cuyas decisiones implican a la empresa frente a otras personas.
¿En qué situaciones se pone en marcha?
Ya lo apuntábamos al principio: con independencia del celo profesional de cada uno, los errores de gestión entran dentro de lo posible. Una decisión asumida de forma equivocada o una acción o una omisión que tengan repercusiones negativas para alguien ajeno a la empresa pueden ser el primer paso para que se produzca una reclamación de responsabilidad. s
Hay diversos tipos de situaciones que pueden provocar esa demanda: una política de empleo incorrecta, un fallo sobre la legalidad, un error en las cuentas anuales o incluso una mala decisión estratégica. Todas ellas pueden poner al directivo responsable ante una situación legalmente comprometica y que ponga en riesgo sus bienes personales.
Cuidado: no afecta sólo a grandes compañías
Cada vez es más frecuente ver en prensa reclamaciones contra importantes directivos de grandes corporaciones. Pero es un error pensar que operar a un volumen más reducido nos mantiene a salvo de una situación similar. Aunque el tamaño y el alcance de una pyme sea menor, los directivos de pequeñas y medianas empresas no están automáticamente exentos de afrontar una reclamación. Quizá no sea millonaria, pero sí puede ser lo suficientemente relevante como para poner en jaque la economía familiar de esa persona, si no tiene algún tipo de protección específica. Estas demandas de responsabilidad se centran en el desempeño profesional de altos cargos, con independencia del tamaño del negocio que gestionan. Y, si no se es previsor, las consecuencias pueden ser nefastas para su patrimonio personal. Esto es así porque, a diferencia de otros tipos de reclamación, en esta se busca la responsabilidad personal de un directivo o un administrador, y este ha de responder de forma individual por un posible error en sus decisiones corporativas.
¿Qué aspectos cubre?
Dentro de las coberturas básicas, encontramos los gastos de defensa del directivo reclamado: costas judiciales, costes y los honorarios.
Pero, además, se puede elegir entre un amplio abanico de servicios que amplían su alcance. Entre ellos, se pueden citar las coberturas por inhabilitación profesional, multas administrativas, fianzas penales, responsabilidad penal corporativa, reclamaciones en materia laboral, responsabilidad tributaria subsidiaria, fianzas o gastos derivados de reclamaciones por contaminación.
También es posible cubrir gastos de publicidad, restitución de imagen o relaciones públicas, así como de comunicación o protección de la reputación o gastos de asistencia psicológica.
El aspecto esencial para que estos seguros sean efectivos es que sean planteados pensando en las condiciones y necesidades de cada caso. Por ello, es especialmente importante contar con un asesor experto, que se encargue de proponer las coberturas idóneas según el tipo de empresa, su sector o las circunstancias de su actividad. Y, todo ello, a un precio ajustado a las circunstancias de cada volumen de empresa. Si tienes dudas, consulta con nosotros y te informaremos sobre las mejores opciones para protegerte ante cualquier posible reclamación.